Diario de un estudiante de Psicología

19 de mayo de 2007

El tren de la vida

1 comentarios:

Maria dijo...

Un día, lleno de luz y brillo, leía un libro que comparaba la via con un viaje en tren. Era una metáfora extremadamente interesante ya que interpretaba correctamente lo que quería expresar.
Ella decía algo así como las siguientes humildes palabras:

Nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, de alertas falsas y verdaderas, con subidas y bajadas de tristes, con subidas y bajadas de alegría.
Cuando nacemos y subimos al tren, enontramos dos personas muy queridas, nuestros padres, que nos harán conocer el "Gran" viaje hasta alguna parte del camino.
Lamentablamente, ellos en alguna estación se bajarán parano volvera subir más. Quedaremos huérfanos de s cariño, protección y afecto. Pero a pesar de esto, nuestro viaje continuará. Conoceremos a otras interesantes personas durante la travesía. Subirán nuestros hermanos, amigos y amores. Muchos de ellos realizarán un corto paeo, otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite. Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables. Otros en cambio viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados. Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos, prefieren sentarse alejados de nosotros, en otros vagones. Eso nos obliga a realizar el viaje separados de ellos. Pero o nos impedirá, con alguna dificultad, acercarnos a ellos. Lo difícil es aceptar que a pesar de estar cerca, no podremos sentanos juntos, pues muchas veces son otas las persons que los acompañan.

Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Sabemos que este tren sólo realiza un viaje:el de ida. Tratemos, entonces de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada no d ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje alguien puede perder sus fuerzas y debemos entender eso. A nosotros tmbién nos ocurrirá lo mismo seguramente. Alguien nos entenderá y ayudará.

El gran misterio de este viaje es que no sabesmos en cual estación nos tocará descender. Pero creo que será hermoso ver continuar el camino de mis hijos. Separarme del amor de mi vida será algo doloroso, pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volvamos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Seré feliz a pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas.

Ahora, en este momento, el tren disminuye su velocidad pra ue suban o bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando. ¿Quién subirá?, ¿quien será?. Me gustaría que usted pensase que, desembarcar el tren, no es sólo una representación del término de una historia que os personas construyeron. Estoy feliz de ver como ciertas personas, como nosotros, tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar; y eso es señal de lucha y garra. Saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros.

Agradezco a Dios porque estemos realizando este viaje juntos y a pesar de que nuestro asientos o estén juntos, con seguridad el vagón es el mismo.

Fuente: Un pasajero que viaja en el tren de la vida.