Diario de un estudiante de Psicología

26 de diciembre de 2008

Cuando el talento (y no el dinero) dibuja las películas de animación



La española 'El lince perdido' lucha en navidades contra los estrenos de Hollywood
GREGORIO BELINCHÓN - Madrid - 26/12/2008

Puede que a los linces ibéricos en la vida real no les vaya muy bien -como felinos que son en peligro de extinción-, pero en la pantalla han cobrado una vida resplandeciente con El lince perdido, filme de animación español, candidato este año al Goya de su categoría y que intenta encontrar hueco entre los grandes estrenos de las navidades.




Antonio Banderas apadrina la película "por su calidad increíble"

El malagueño dice que dirigirá un título de animación "al estilo '300"
Con un pie puesto en una animación por ordenador de calidad y otro en un estupendo guión, una conjunción muy poco frecuente en los dibujos animados españoles, la película nace también de una bicefalia, la que aúnan sus dos directores. A un lado de Atlántico, en el estudio granadino de Kandor Graphics, Manuel Sicilia, y cuarenta personas más. Desde Los Ángeles, Raúl García, veterano entre los animadores españoles asentados en Hollywood, el dibujante hispano que más alto ha escalado en la factoría Disney, estudio que abandonó tras dos décadas de dibujos reflejados en El rey león, Aladdin, Pocahontas o Hércules. Tras diversos trabajos en Jimmy Neutrón o Los Rugrats en París, García ha vuelto a la animación por dos euros. "Definitivamente, las comparaciones son odiosas", asegura un puntilloso García. "Si aquí todo el mundo hacía de todo, en Disney cada trabajador tiene clara y acotada su labor. Hemos hecho El lince perdido con 40 personas; en Hollywood cada personaje ocupa a doce animadores e informáticos". A cambio, de su experiencia -Raúl García comparte un Oscar especial con el resto de equipo de animadores de ¿Quién engañó a Roger Rabbit?- tiene claras un par de lecciones. "En muchas ocasiones el guión flojea en el cine; más aún en los filmes de animación. Decidimos apostar por un libreto férreo, con las secuencias clarísimas, pero con chistes y diálogos que variaron según los dobladores hacían su labor. ¿Un ejemplo? El buitre al que pone voz César Sarachu [Bernardo en Camera café]. Sarachu lo interpretó de una manera completamente opuesta a la que nosotros habíamos imaginado. Por supuesto, lo respetamos y nos lo apropiamos".

El lince perdido describe la huida de un grupo de animales (Félix, el lince protagonista, que reparte mala suerte; Gus, un camaleón paranoico; Beeea, una cabra amante del riesgo, y Astarté, una halcón con deseos de venganza) ante el acoso de un cazador sin escrúpulos, sicario de un excéntrico millonario. "Aunque suena a historia ecológica, nosotros siempre pensamos que hacíamos una película de aventuras; el resto venía añadido".

El lince y sus compañeros deambulan por el parque de Doñana y sus alrededores, mientras el público se encariña de uno de ellos, el paranoico Gus. "Ese cariño pertenece a la magia del cine. Tú escribes un guión, los dobladores graban sus voces en el estudio, y de repente un secundario -en este caso, Gus- empieza a comerse los planos. Los animadores comenzaron a discutir porque todos querían trabajar en el camaleón. Como aquí hacíamos todos de todo, hubo que hacer turnos. En Disney ni les hubieran dejado rechistar", comenta entre risas García, que también echa de menos un poco más de presupuesto (unos irrisorios 4,5 millones de euros, comparados con los hasta 200 millones que puede costar una película de dibujos en EE UU). "El 60% del filme se realizó conmigo en Los Ángeles [García vive en Glendale, justo al lado de las sedes de los grandes estudios] y el resto en Granada. Nos pasábamos vía ciberespacio los archivos con las animaciones. El otro 40% ya me tuvo codo con codo con Manuel, el responsable del día a día".

Como regalo, en la posproducción llegó Antonio Banderas, que se ha convertido en padrino del filme. "Raúl me enseñó partes del proyecto y vi que había logrado una calidad increíble en la animación y en el guión. Yo quiero ir un día a ver a mi amigo Jerry Katzenberg [el presidente de DreamWorks Animation, la productora de, por ejemplo, Kung Fu Panda] con esta películita, para que vea que en España podemos hacer títulos tan buenos como su Shrek. Que se les baje la dulce arrogancia [se ríe] a los americanos". Muestra de su confianza es que Green Moon, la productora de Banderas, se ha coaligado con Kandor Graphics para crear Kandor Moon, que ya tiene en su cartera cinco nuevos filmes de animación. Banderas se ha reservado incluso la posibilidad de dirigir uno de ellos. "Me gustaría hacer una de ciencia-ficción, con estética como 300". Por ahora su apuesta es El lince perdido.

Leído en http://www.elpais.com/articulo/cultura/talento/dinero/dibuja/peliculas/animacion/elpepucul/20081226elpepicul_5/Tes

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